Bienvenidos a un nuevo post de Inversor Jedi. Hoy vamos a continuar con la segunda parte de consejos prácticos generales a tener en cuenta antes de invertir. Como comente en el anterior post, todos estos consejos me han ayudado en mi aventura personal de inversión. Espero que os puedan servir de ayuda a vosotros también. Hoy vamos a hablar del fondo de seguridad y diversificación.
Introducción
El otro día comentábamos que, antes de invertir, es muy aconsejable intentar aprender todo lo que podamos sobre la inversión en sí (activos, características, herramientas, etc.). También hice hincapié en que es deseable tener unos conocimientos básicos sobre la fiscalidad que afecta a nuestras inversiones. Sobre la conveniencia de fijarnos un objetivo general de inversión. Sobre no tener miedo a la hora de invertir. Aceptando la idea de que invertir es una tarea a largo plazo y que, por lo tanto requiere paciencia.
Hoy vamos a hablar sobre otros dos conceptos/consejos muy importantes que debemos conocer antes de invertir, el famoso «fondo de seguridad» y la diversificación.
Vamos a ello.
Fondo de seguridad
Cuando cualquier persona empieza a investigar y formarse en finanzas personales e inversión, uno de los primeros consejos que vemos en muchos libros y blogs de internet es que, antes de invertir, es necesario acumular un «fondo de seguridad».
¿Qué queremos decir con fondo de seguridad?
El fondo de seguridad es una cantidad de dinero, que tenemos siempre «guardada» sin invertir, es decir en efectivo en nuestro banco, etc. para cubrir posibles emergencias o gastos imprevistos.
Existe mucho debate sobre la necesidad y el «tamaño» de dicho fondo de seguridad. De hecho, muchas personas aconsejan no invertir el dinero que «necesites para vivir» durante un periodo de tiempo, mientras que otras, por el contrario, aconsejan justo lo contrario. Es decir, tener invertido todo nuestro dinero dejando en el banco el dinero estrictamente necesario para cubrir los gastos del día a día.
La idea que subyace detrás de este consejo es la siguiente. Dado que invertir conlleva un riesgo (mayor o menor) de perder todo o parte del dinero invertido, es aconsejable siempre tener un «colchón» de dinero a salvo de cualquier posible pérdida de valor propia de cualquier inversión.
En otras palabras, no arriesgar invirtiendo el dinero que puedes necesitar para pagar gastos básicos durante un periodo razonable de tiempo.
Sin embargo, los que abogan por estar «totalmente invertidos», lo defienden diciendo que todo el dinero que no está invertido es un dinero que «está parado», que no «está produciendo». En consecuencia, tener un fondo de seguridad está reduciendo tu posible rendimiento económico o, directamente, te está produciendo una pérdida por el efecto que la inflación tiene sobre el dinero.
¿Cuál es mi postura?
Yo soy de los que piensa que siempre es aconsejable tener una cierta cantidad de dinero disponible para cubrir cualquier imprevisto. Aunque, en mi caso, me sitúo en un punto intermedio entre ambas posturas en relación a la cantidad que es necesario incluir en dicho fondo de seguridad.
¿Qué cantidad de dinero se debe dejar «asegurado» en el fondo de seguridad?
Aquí, nuevamente, las posturas son diversas. Sin embargo, todas coinciden en el hecho de que es aconsejable tomar como referencia tu nivel de gasto habitual para un periodo de tiempo.
Algunos defienden que con tener guardado un dinero equivalente a un periodo de 4 meses de tus gastos habituales es suficiente. Otros, sin embargo, consideran el periodo de referencia más adecuado es de 6 meses y los más conservadores elevan dicho periodo a un año.
Como os podéis imaginar no existe una postura más válida que otra. Como todo en el mundo de las finanzas personales y de la inversión dependerá de tu situación personal y de las diferentes fuentes de ingresos con las que cuentes para cubrir tus gastos.
Algunas ideas básicas
Estabilidad laboral
Por ejemplo, aquellas personas que tengan diversas fuentes de ingresos, por ejemplo un salario, una renta inmobiliaria, activos financieros que les den rendimientos en forma de intereses o dividendos, etc. Pueden permitirse tener un fondo de seguridad inferior al que sólo tiene una fuente de ingresos.
La lógica detrás de la idea anterior es que, ante la pérdida de alguna de esas fuentes, siempre puede usar las demás mientras recupera los ingresos perdidos. Sin embargo, para coincidir con esta postura, debemos de tener en cuenta la importancia de cada una de esas fuentes de ingresos.
Si tienes diversas fuentes, pero al final una sola de ellas aporta la mayor parte de tus ingresos, entonces al final tienes una importante dependencia de dicha fuente de ingresos. En consecuencia, ante una posible pérdida de los mismos, es necesario tener un fondo de seguridad mayor.
En relación a la situación más habitual, aquella en la que la persona depende fundamentalmente de un salario para cubrir sus gastos. No todas las personas tendrán la necesidad de un mismo fondo de seguridad. Por ejemplo, si eres funcionario o las posibilidades de perder tu empleo son muy reducidas, el importe de tu fondo de seguridad podrá ser menor que el de aquellas personas con mayor inestabilidad laboral.
Nivel y naturaleza de tus gastos
Otro aspecto importante a tener en cuenta es el nivel y la naturaleza de tus gastos. Aquellas personas que tengan un nivel de gastos recurrentes menor, podrán permitirse, lógicamente, tener un fondo de seguridad más pequeño. De la misma forma, aquellas personas cuyos gastos pueden ser fácilmente suprimidos o reducidos de forma fácil y rápida, necesitaran un menor fondo de seguridad.
Como podéis ver, al final, el ahorro y la inversión se entre cruzan y relacionan constantemente. Una persona ahorradora siempre va a estar es una situación más ventajosa para invertir. Empezando por el hecho de que un nivel de gasto bajo, te ayuda a «sacrificar» menos dinero en tu fondo de seguridad.
Análisis de tus necesidades en el futuro cercano
Otro elemento a tener en cuenta es la previsión de gastos extras que manejas en el futuro cercano.
Por ejemplo, si vives en una casa vieja, con electrodomésticos antiguos, o tu coche está ya para retirarlo, deberás tenerlo en cuenta. Ya que es previsible que, en un futuro cercano, debas hacer frente a algunos gastos para reponerlos o sustituirlos.
De tal forma que, en ese caso, tu fondo de seguridad deberá ser mayor que una persona que no tenga, de forma previsible, que afrontar esas situaciones en un futuro cercano.
Naturaleza y riesgo de tus inversiones
Otro factor a tener en cuenta a la hora de decidir si necesitas o no un fondo de seguridad y el importe del mismo es el tipo de inversiones que tienes en mente realizar.
Cuanto más arriesgadas sean tus inversiones, mayor debería ser tu fondo de seguridad. Si inviertes en activos que tienen un mayor riesgo, quiere decir que las probabilidades de sufrir una pérdidas, aunque sea temporal, son mayores.
Por lo tanto, es posible que a lo largo de tu horizonte temporal de inversión, te puedas ver en la necesidad de recurrir a alguno de tus activos para cubrir algún gasto inesperado. Si ese fuera el caso, situación como entenderás del todo indeseable, puedes tener el problema de que, en ese momento, el activo que vas a «rescatar» se haya depreciado mucho y, por lo tanto, no tengas suficientes recursos para asumir dicho gasto.
En consecuencia, es una buena práctica siempre correlacionar la naturaleza y tamaño de tu fondo de seguridad a las propias inversiones que realizas. Ya que, al final, el fondo de seguridad, sigue siendo parte de tu «cartera de inversión», es como un seguro.
Tu percepción de la incertidumbre
El ultimo aspecto importante a tener en cuenta para fijar el importe de tu fondo de seguridad es cómo de cómodo te encontrarías con cada una de las posibles cantidades.
Si aún estando en una buena situación (diversas fuentes de ingresos, estabilidad laboral, bajo nivel de gasto, sin gastos extraordinarios esperables en el futuro cercano), no duermes bien por la noche sabiendo el dinero que tienes en tu fondo, entonces está claro que es necesario aumentarlo.
Por todo lo anterior, vemos que el crear un fondo de seguridad y determinar el importe que vamos a incluir en él es una tarea totalmente personal. Cada inversor tendrá una circunstancias y unas percepciones personales diferentes. No hay por lo tanto, una regla fija aplicable a todo el mundo.
Cada inversor debe analizar su propia situación y sus sesgos emocionales para decidir, en primer lugar, si necesita un fondo de seguridad y, en segundo lugar, cual es el importe que debe tener dicho fondo.
Para terminar este apartado, comparto con vosotros algunos enlaces a diferentes blogs conocidos de finanzas personales que os pueden ayudar a decidir qué fondo de seguridad necesitas. (No asumo ninguna responsabilidad sobre los cálculos que en ellos ofrecen, como he explicado es una cuestión puramente personal).
- Como crear tu fondo de seguridad paso a paso
- Calculadora de fondo de emergencia
- Colchón de emergencia
- Fondo de emergencia: ¿Qué?¿Cuánto?¿Dónde?
Diversificación
El segundo consejo práctico antes de invertir que quiero transmitiros hoy es la diversificación.
La diversificación es un concepto muy importante en el área de las finanzas personales y de la inversión. Este concepto viene a ejemplificar una idea de total sentido común y que a todos nos han dicho alguna vez.
«Nunca pongas todos los huevos en la misma cesta».
Seguro que alguien te lo ha dicho alguna vez. Es un consejo muy habitual que a todo el mundo nos lo han dicho nuestros padres, abuelos, amigos, etc.
Pero aún así, aunque todos lo sabemos, no todo el mundo lo pone en práctica. En el mundo de las finanzas tampoco.
De hecho, la situación más habitual en nuestro entorno económico es que nuestras fuentes de ingresos sean muy poco diversificadas. Básicamente, la mayoría de la gente depende exclusiva o casi exclusivamente de una fuente de ingresos, su salario.
No es una crítica, es la constatación de un hecho. Obviamente impuesto por el sistema económico en el que vivimos. Poca gente cuenta con activos suficientes para diversificar sus ingresos desde la juventud.
De ahí, que las personas que hemos comenzado el camino hacia la libertad financiera, estemos un poco «obsesionados» con la diversificación.
¿Por qué es tan importante la diversificación?
Básicamente, la diversificación es tan importante por que es una de las pocas herramientas que nos permiten mitigar o reducir los riesgos sin reducir (o reduciendo menos) la rentabilidad de nuestras inversiones.
Diversificar es como asegurarte a ti mismo. Te pondré un ejemplo sencillo. Imagínate que tus ingresos provienen de tu salario, sean los que sean. Pues bien, si sólo tienes un trabajo, estás en una situación mucho más arriesgada que una persona que tiene dos. Aun teniendo los mismos ingresos que tú.
Ante un posible despido, la pérdida económica de la persona que sólo tiene un trabajo es mucho mayor que la persona que tiene dos. Las probabilidades de perder ambos empleos a la vez es mucho más reducida. Por lo tanto, la probabilidad de sufrir la misma pérdida económica es, también, mucho menor.
En el campo de la inversión, el razonamiento es el mismo. Si invertimos todo el dinero en un sólo activo, estamos asumiendo un riesgo mucho mayor de pérdida económica si dicho activo no funciona todo lo bien que esperamos.
De ahí la importancia de diversificar nuestras inversiones.
¿Es siempre buena la diversificación?
Esta es una pregunta complicada. De hecho, aunque mayoritariamente se piensa que la diversificación es algo deseable, hay otras corrientes de opinión que consideran que la diversificación no es buena.
Tanto es así que Warren Buffet, uno de los inversores más famosos del mundo, no es muy partidario de la diversificación.
Esta es su opinión:
«Una diversificación amplia sólo es necesaria cuando el inversor no entiende lo que está haciendo»
Warren Buffet
Él considera que si estás convencido de que el activo que estás comprando es un activo de alta calidad, que siempre quieres tener en tu cartera, entonces no se debería diversificar.
El razonamiento detrás de esta idea es simple. Al diversificar entre diversos activos, puede que estés perdiendo beneficios de los activos más rentables. Es decir, cuanto «mejor» sea el activo que estás comprando menos deberías diversificar dicha inversión con otros activos menos buenos.
Invirtiendo en los mejores, se obtendría una mayor rentabilidad que sacrificamos al invertir en otros de menor calidad pero, también, menor riesgo.
En mi opinión, el problema estriba en que es muy difícil (por no decir imposible) determinar cuales son los mejores activos. Y no sólo eso, si recordamos el efecto del tiempo, es imposible saber cuales serán los mejores activos en nuestro horizonte temporal de inversión. En el mejor de los casos, y tras un concienzudo análisis podemos llegar a la conclusión de que un activo es, con cierta probabilidad, un buen activo. Eso es todo.
En tal caso, dado que los inversores individuales tenemos menores conocimientos y recursos, la diversificación es, en términos generales, algo deseable.
¿Por qué es positiva la diversificación?
Como he comentado antes, la diversificación es buena porque, en general, reduce el riesgo de una cartera de inversión.
En otras palabras, al diversificar, estamos mitigando los diferentes riesgos que corremos al invertir en diferentes activos. «Estamos poniendo nuestros huevos en diversas cestas».
No voy a entrar en detalle técnicos, pero en general es aceptado que una buena diversificación supone obtener una mayor rentabilidad global de una cartera para un mismo nivel de riesgo.
O dicho de otro modo, para dos carteras con activos igualmente rentables y arriesgados, la cartera más diversificada tiende a mostrar un menor riesgo global.
En cualquier caso, al igual que el riesgo «puede ser bueno o malo», la diversificación también tiene aspectos negativos.
La diversificación supone, en muchos casos, comprar activos distintos. Eso quiere decir que, en aras de conseguir un menor riesgo, incluyamos en nuestra cartera activos de menor rentabilidad.
En consecuencia, si recordáis lo comentado en este post sobre el triángulo mágico de la inversión, estamos sacrificando rentabilidad por riesgo.
Entonces, ¿Cómo sabemos cuál en nuestro nivel de diversificación adecuado?
No hay una regla mágica para ello. Dependerá de tu perfil inversor, tu estrategia de inversión, tu horizonte temporal de inversión, etc.
Lo que si os puedo dar es alguna idea básica sobre que tipos de diversificación existen:
Algunas ideas o formas básicas de diversificación:
Una buena forma de diversificar es comprando activos en diferentes monedas. Por ejemplo acciones españolas en euros y acciones americanas o inglesas en dólares y libras respectivamente.
Con esto lo que estamos haciendo es reducir/mitigar el posible riesgo de tipo de cambio. Si el euro se deprecia mucho, nuestras inversiones en otras monedas seguirán manteniendo su valor original. O dicho de otro modo, aumentarán su valor en euros.
Otra buena forma de diversificar es mediante la compra de diferentes tipos de activos. Activos de renta fija, por ejemplo letras y bonos del tesoro; y, también, activos de renta variable, por ejemple acciones.
Normalmente existe una correlación negativa entre la rentabilidad de la renta fija con la renta variable. Tradicionalmente se considera que la renta fija ofrece una menor rentabilidad a cambio de un menor riesgo. Por el contrario, la renta variable se considera que ofrece una mayor rentabilidad a cambio de asumir un mayor riesgo.
La siguiente forma de diversificar es comprar activos del mismo tipo y moneda, pero de diferentes sectores, países, etc.
Por ejemplo, supongamos que queremos tener una cartera de acciones. En ese caso, la teoría dice que es deseable comprar diversas acciones de empresas distintas. Por ejemplo de empresas de diferentes sectores como eléctricas o gasistas, de productos de consumo, de bancos y empresas financieras, etc.
Adicionalmente, se puede hacer lo mismo pero, a la vez, comprando acciones de empresas de diferentes países, España, Francia, UK, Alemania, etc.
Para cerrar este apartado, una última forma de diversificar puede ser utilizar el tiempo como elemento de diversificación. Es decir, comprar activos cuyo horizonte temporal de inversión sea diferente. Por ejemplo deuda publica a corto y largo plazo.
Conclusión
Hasta aquí la segunda parte de mis consejos prácticos antes de invertir, en la que nos hemos centrado en el fondo de seguridad y la diversificación.
Como veis, en el mundo de las finanzas y la inversión hay opiniones para todos los gustos. En cualquier caso, sea cuál sea tu opinión, ambos conceptos son fundamentales y es necesario conocerlos.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Creéis que necesitáis un fondo de seguridad?¿De qué importe? ¿Tenéis algún otro consejo de diversificación para vuestras inversiones? Si así no dudéis en compartirlo con la comunidad de Inversor Jedi dejando un comentario en la sección de comentarios de este post.
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Un saludo y ¡que la Fuerza (financiera) os acompañe!