Bienvenidos a un nuevo post de Inversor Jedi. En esta ocasión me gustaría hablaros de algo que poca gente habla y es cómo prepararnos mentalmente para ahorrar. Sin tener una preparación mental apropiada y suficiente será muy difícil que consigamos cumplir nuestro objetivo de ahorrar.
Antes de entrar en materia, me gustaría daros la bienvenida a “una nueva temporada” de Inversor Jedi. Ya se acabaron las vacaciones y todo va volviendo poco a poco a la rutina normal del nuevo curso. Durante estas semanas de vacaciones he podido reflexionar un poco sobre algunas ideas sobre ahorro, inversión y demás temas relacionados con las finanzas personales que espero poder compartir con vosotros en los próximos meses.
Sin más preámbulos nos centramos ya en el tema de hoy, cómo prepararnos mentalmente para ahorrar como forma de vida.
¿Realmente necesito prepararme mentalmente para ahorrar?
La respuesta es rotundamente SÍ. Lo necesitas.
Si recuerdas, en el último post que publiqué antes de la pausa por las vacaciones de verano, el ahorro es algo que el ser humano no le gusta. No es algo innato, y debemos aprender y practicarlo para poder convertirlo en un hábito.
Ello es así porque todas las personas tienen una serie de condicionantes (sesgos cognitivos y conductuales) ya sean internos o sociales que hacen que, de forma natural, no veamos el ahorro como algo placentero y agradable.
En consecuencia, si queremos ahorrar en serio, es decir convertir el ahorro en una forma de vida, debemos asumir que será algo que nos costará trabajo y esfuerzo conseguir.
En otras palabras, si queremos ahorrar tenemos que asumir que tenemos ante nosotros un reto. Y no un reto cualquiera, sino un reto difícil.
Cuanto mayor sea nuestra predisposición contraria al ahorro (es decir cuanto menos nos guste debido a nuestros sesgos personales o sociales), mayor será el reto que afrontaremos.
Como cualquier persona que tiene por delante un reto importante en su vida, la preparación para asumirlo es parte fundamental del éxito al final del camino.
¿Qué necesito para prepararme mentalmente para ahorrar?
La buena noticia (ánimo que no todo iba a ser dificultades… 😊) es que se necesita realmente muy poco para contar con una buena preparación mental. Pero, ¡ojo!, poco no significa que no sea importante.
Todo lo contrario, para prepararnos mentalmente para ahorra solo necesitamos una cosa, pero es totalmente fundamental y necesaria para conseguirlo. Ese requisito imprescindible no es otra cosa que MOTIVACIÓN.
¿Qué es la motivación?
La motivación es aquello que explica por qué una persona hace (o deja de hacer) una determinada cosa.
En otras palabras, la motivación es lo que nos anima, impulsa, empuja, obliga a hacer algo. La causa y objetivo que perseguimos cuando hacemos cualquier cosa que quiera que hagamos en cada momento.
Por lo tanto, en lo que nos afecta en este artículo, nuestra motivación para ahorrar es el objetivo que queremos conseguir ahorrando, el “por qué” ahorramos.
¿Querer es poder?
Si y no.
Vaya, supongo que estarás pensando que esto no te ayuda mucho, llevas razón, deja que te explique.
Tener una motivación, saber por qué quieres hacer algo será suficiente para poder hacerlo (atentos, suficiente para poder hacerlo, es decir intentarlo, no conseguirlo), si ese motivo es el correcto.
Motivos para querer hacer algo pueden existir muchos, pero eso no quiere decir que todos los motivos posibles sean suficientemente poderosos como para que podamos afrontar el reto con garantías de éxito.
Sólo aquellas causas que sean suficientemente poderosas nos darán la motivación suficiente para alcanzar nuestro objetivo.
Os pondré un ejemplo, muchas personas intentar perder peso o dejar de fumar de forma reiterada a lo largo de los años. Pero, realmente, muy pocas lo consiguen o vuelven a los malos hábitos tras un pequeño periodo de éxito.
En mi opinión, eso ocurre cuando la persona no tiene una preparación mental suficiente para abordar el reto al que se enfrenta. Dicho de otro modo, no tienen una motivación suficientemente fuerte por que el objetivo que persiguen no es suficientemente poderoso.
Volviendo al ejemplo, muchas personas quieren perder peso por una cuestión meramente estética, de aceptación social dentro de los cánones de belleza actuales. Pero realmente dicha motivación no proviene de ellos mismos, no lo hacen por conseguir un objetivo personal y propio sino para “cumplir” lo que los demás esperamos de ellos.
En esos casos, las posibilidades de éxito son mucho más reducidas.
¿Querer (tener una motivación) es suficiente para ahorrar?
Rotundamente NO.
Eso sólo nos preparará mentalmente para nuestro reto, pero aparte de la preparación mental necesitamos, también, “una preparación física”.
Tener una motivación correcta, es decir, una causa y un objetivo suficientemente poderoso será sólo una tabla de salvación para cuando lleguen los momentos de duda, de cansancio y pereza. Y te aseguro que llegarán.
En otras palabras, tener una motivación correcta es un requisito necesario, pero no suficiente, para conseguir ahorrar de forma continuada y sostenible.
Para poder alcanzar los objetivos de ahorro que te marques, serán necesarias otras muchas cosas, la “preparación física” que he comentado antes. Aspectos tales como fuerza de voluntad, constancia, sacrificio, esfuerzo, perseverancia, etc.
Poniendo otro ejemplo, un corredor de maratón, necesita una preparación mental muy fuerte para asumir el reto de correr los 42 km de dicha prueba. Dicha preparación mental, basada en una causa o motivo suficientemente fuerte, hará que sea capaz de resistir el cansancio, las ganas de abandonar, etc. Pero, en ningún caso, será garantía de éxito para conseguir terminar los 42km físicamente.
Por mucha preparación mental que uno tenga, si no entrenas de forma reiterada a correr largas distancias, las posibilidades de llegar a la meta son reducidas. Pero, de la misma forma, te puedo asegurar que, aunque cuentes con preparación física, si no cuentas con la preparación mental nunca llegarás a la meta.
En el caso del ahorro, es posible, que sepas como manejar los números, como comparar facturas, como tomar decisiones racionales de compra, esperar para realizar un gasto, etc. Pero si no tienes una preparación mental apropiada, basada en una motivación suficiente, tarde o temprano dejarás de ahorrar.
¿Cuáles son las motivaciones correctas para ahorrar?
Querido amigo, si has llegado hasta aquí, siento decepcionarte al decirte que no tengo una respuesta (ni correcta ni incorrecta) para dicha pregunta.
Los motivos por los que las personas hacen tal o cual cosa sólo puede ser explicada por cada persona particular. Por ello, no puedo darte un listado de objetivos que puedan ayudarte a prepararte mentalmente para ahorrar.
Sin embargo, si que puedo darte mi opinión sobre algunos motivos que, personalmente, pienso que no funcionan del todo bien.
Motivaciones, en mi opinión erróneas, para convertir el ahorro un hábito en tu vida.
Tener más dinero
En mi opinión este motivo no suele ser muy efectivo, porque, como ya comenté en post pasados, el dinero, en sí mismo, no es un activo. Por lo tanto, el dinero por sí sólo, no nos aporta nada en nuestro camino a la libertad financiera.
El dinero es la/una herramienta que nos permitirá comprar nuestros activos (nuestro coche en el camino de la libertad financiera). Por lo tanto, de nada sirve tener mucho dinero si no le damos un buen uso.
Adicionalmente, cuando nuestro único objetivo es tener dinero, una vez que lo tenemos, las personas empiezan a “hacer cosas raras”. Si nuestro fin es tener dinero, cuando alcanzamos nuestra meta, perdemos el sentido de para qué queremos el dinero y empezamos a utilizarlo para cosas totalmente contrarias al objetivo de la libertad financiera. ¿Quién no ha escuchado esa frase de “me lo he comprado porque me lo puedo permitir”?
Comprarnos algo caro
Este motivo, puede ser una fuerte motivación, pero sólo en el corto plazo. Una vez que hemos conseguido ahorrar lo suficiente para comprar dicha cosa, al haber cumplido nuestro objetivo dejaremos de ahorrar.
O lo que es peor, en vez de “hacer del ahorro una forma de vida”, corremos el riesgo de caer en una “espiral consumista” comprándonos cosas que, a lo mejor, no necesitamos simplemente por que ahorro lo suficiente para comprármelo. Arriesgándonos, además, a cada vez ahorrar menos por cada cosa nueva que quiero comprar.
Cancelar nuestras deudas
Al igual que en el caso anterior, la cancelación de nuestras deudas mediante el ahorro es algo siempre deseable. Sin embargo, si nuestro único motivo para ahorrar es cancelar deudas, corremos el riesgo de dejar de ahorrar en el momento que las hayamos cancelado.
En otras palabras, este motivo puede ser correcto como objetivo a corto plazo, pero pierde mucha de su utilidad en el largo plazo.
Además, igual que en el motivo anterior, también cabe la posibilidad de entrar en un círculo vicioso negativo de deuda-ahorro-deuda que, al final, empeore nuestra situación financiera ya que terminemos endeudándonos mas de lo deseable, basados en una “falsa seguridad” de que podremos pagar las deudas con nuestros ahorros. Lo que al final, provoca, que no ahorremos nada en absoluto.
¿Cuál es mi motivo personal para hacer del ahorro un hábito en mi vida?
Para finalizar este post os quiero comentar brevemente cuál es el objetivo último (de donde saco mi motivación y fortaleza mental) para tener el ahorro como un pilar básico en mi vida.
Vaya por delante que, como he comentado antes, cada uno tiene sus propios motivos, por lo que el mío es totalmente personal y, por lo tanto, a lo mejor no te es de mucha ayuda. En cualquier caso, creo honesto que sepas cómo lo hago yo.
Dicho motivo no es otro que la búsqueda de la felicidad.
Ya se que puede sonar muy filosófico, metafísico o, incluso, cursi. Hasta a mí me lo parece cuando lo leo, pero es la verdad.
Además, ya os digo que, para mí, este es el único objetivo que me sirve de motivación efectiva para cualquier reto difícil que me planteo en la vida en estos momentos. No solo para ahorrar, o en mi camino hacia la libertad financiera, sino para cualquier otro desafío importante.
Para mí la felicidad es poder disfrutar de las cosas que realmente me gustan en la vida. Son esas cosas que hacen feliz a la gente que me rodea, a mi esposa, a mis hijas a mi familia y amigos.
Es todo aquello que me ayuda a ser feliz me da una motivación muy potente para capear cualquier temporal.
Ahorrar, por lo tanto, es una herramienta, un hábito, que me ayuda a gastar dinero sólo en lo que realmente me importa y me hace feliz.
Todo lo que ahorro, es dinero que puedo usar para gastar en las cosas que realmente me motivan. Igualmente, todo lo que ahorro es dinero que puedo usar para, poco a poco, ir generando activos que me aporten un rendimiento económico (ya sea ingreso o incremento de patrimonio) que, en el futuro, me permitan tener cada vez más libertad y flexibilidad para dedicar mi vida a ser feliz, es decir, a hacer las cosas que realmente me gustan o son importantes para mí.
Todo el dinero que ahorro, es dinero que me aporta tranquilidad y seguridad porque sé que son recursos que podré dar a mis hijas, sea de la forma que sea, para que tengan una vida mejor. Como a cualquier padre, como entenderéis, eso es algo que me hace feliz.
¿Ahorrar significa, para mí, gastar menos?
No necesariamente, para mi (y casi para todos los ahorradores), ahorrar no significa gastar menos sino gastar mejor.
Gastar sólo lo necesario, y sólo en aquellas cosas que realmente necesito o deseo, siempre y cuando ello me haga más feliz.
Si gasto sólo lo necesario, puedo dedicar el excedente (el ahorro), en comprar activos que, en el futuro, me reporten los ingresos necesarios para cubrir esos mismos gastos, pero sin tener que venderme a mi mismo para conseguir los recursos necesarios para financiar dichos gastos. Es decir, para tener la vida que quiero, pero aun con mas libertad para disfrutarla aún más.
¿Para mí, el ahorro siempre es bueno?
No, el ahorro no siempre es bueno. Y esto es una opinión muy personal.
El ahorro, como concepto genérico, es algo deseable y necesario. Especialmente para las personas que quieren transitar el viaje hacia la libertad financiera.
Sin embargo, el ahorro, como todo en la vida puede llegar a ser excesivo o mal entendido. Para mí ahorrar es bueno, tiene sentido y lo persigo, cuando con ello no estoy renunciando a mi felicidad y la de mi familia.
Os pondré un ejemplo, si uno va a un supermercado a comprar zumos de frutas (algo muy normal para un padre de dos niñas pequeñas). Verá que hay multitud de zumos diferentes, pero no todos tienen la misma composición, ni las mismas calorías, ni los mismos aditivos. Obviamente, los que son mas artificiales, los que tienen más azúcar, etc. suelen ser los más asequibles.
Si comprara los más baratos, estaría maximizando mi ahorro, pero no sería más feliz. Como padre mi felicidad no pasa por ahorrar en zumo, mi felicidad reside en saber que la alimentación que le ofrezco a mis hijas es la mas sana y variada posible. El ahorro es sólo una herramienta, no un objetivo.
Por lo tanto, comprar los zumos baratos es, para mí, “ahorro malo”. Un ahorro que no me hace feliz y por el que no estoy interesado.
Como consumidor racional y como caminante por la senda de la libertad financiera, prefiero comprar los zumos buenos (aunque más caros) y ver, de qué otra forma puedo reducir el coste de ese producto sin bajar la calidad o, en caso de que no sea posible, si me merece la pena (en términos de felicidad) sacrificar otro gasto de igual o diferente categoría para asumir el precio de los zumos caros.
Para finalizar, me gustaría compartir con vosotros un artículo de La Hormiga Capitalista, unos de los blogs que sigo, que también hace un análisis muy interesante entre la relación del dinero, la felicidad y la libertad financiera.
Conclusión
Hasta aquí este primer post después del verano. En esta ocasión he querido trasladarte mis ideas sobre algo tan importante cómo preparase mentalmente para ahorrar. una buena preparación mental es un requisito básico y necesario (aunque no suficiente), para afrontar el reto del ahorro con garantías de éxito. Dicha preparación mental será efectiva si está basada en una motivación correcta y con fuerza suficiente para ayudarnos a sobreponernos a los malos momentos de este reto.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Creéis que tenéis la fuerza mental del reto de ahorro?¿Cual es tu motivación para lanzarte a esta aventura? Si quieres compartirlo con la comunidad de Inversor Jedi, no dudes en dejar tus comentarios sobre este post.
Y, por supuesto, si te gusta el blog y quieres mantenerte al día de todas las novedades, no te olvides de suscribirte a nuestro newsletter.
Un saludo y ¡que la Fuerza (financiera) te acompañe!