Bienvenidos a un nuevo post de Inversor Jedi. Continuando con la serie de post dedicados a la inversión; en esta ocasión voy centrarme en comentaros las diferentes clases de riesgos que tiene cualquier inversión.
Introducción
Si recordáis de alguno de mis anteriores posts, invertir es una de las actividades básicas para poder alcanzar, algún día, la libertad financiera.
Invertir significa comprar activos que nos puedan generar un rendimiento económico futuro. Pero, como hablamos en mi anterior publicación, antes de invertir en cualquier activo, es necesario conocer las características básicas principales del mismo para saber si dicho activo es adecuado a nuestro perfil inversor.
Como seguro que recordaréis, esas características básicas son la rentabilidad, el riesgo y la liquidez.
Pues bien, hoy vamos a centrarnos en ver las diferentes clases de riesgos que pueden existir en un activo.
Antes que nada, sólo para refrescar un poco el concepto, os repito la definición de riesgo que os comenté en mi último post: «El riesgo de un activo financiero es la probabilidad de que dicho activo no produzca los beneficios que esperamos en el periodo de tiempo previsto.»
Ahora sí, vamos a analizar los diferentes tipos de riesgos que existen. Como siempre digo, este listado no pretende ser exhaustivo, sino sólo orientativo de los más importantes.
Clases de riesgos
Riesgo de Mercado
El riesgo de mercado es la probabilidad de que el activo que hemos comprado sufra una variación en su precio desde el momento de la compra.
El ejemplo más habitual suelen ser las acciones cotizadas en bolsa, cuyo precio está en constante movimiento en función de la oferta y la demanda que existe en cada segundo en el que el mercado está abierto.
Si a la hora de vender el activo, por el motivo que sea, el precio es inferior al que nosotros pagamos al comprarlo, entonces habremos sufrido una «pérdida». Ya que obtendremos una cantidad de dinero menor a la que pagamos.
Por el contrario, si dicha variación de precio es positiva; es decir, el precio de venta es mayor que el de compra, habremos obtenido una ganancia (rendimiento).
Este tipo de riesgo afecta a todos los activos que se negocian en un mercado secundario. Ya que al estar sujeto a negociación, la oferta y la demanda siempre está en constante movimiento. Ello quiere decir que, este tipo de riesgo afecta a activos tales como bonos y letras del tesoro público o de empresas privadas, acciones, opciones, futuros, etc.
Para mitigar este riesgo, siempre es recomendable revisar el histórico de las cotizaciones de dicho activo. Es decir, analizar un poco su volatilidad.
Riesgo de Crédito
El riesgo de crédito es la posibilidad de que el emisor del activo no cumpla con las obligaciones establecidas en el contrato (activo financiero). En otras palabras, es la posibilidad de que el emisor no nos pague las cantidades pactadas o nos devuelva el dinero en el momento acordado.
El riesgo de crédito implica la falta de pago (ya sea total o parcial) así como el retraso en el mismo.
Este tipo de riesgo afecta principalmente a aquellos activos financieros cuyo objeto es el préstamo de dinero de una persona (prestamista) a otra (prestatario).
Y el emisor de estos activos puede ser tanto público (estados, etc.) como privado (empresas o incluso particulares).
Para mitigar este riesgo, es muy recomendable analizar la «calidad crediticia» del emisor. En otras palabras, ver el historial de crédito de dicha entidad. Comprobar si ha atendido a sus pagos en el pasado y, también, recoger información sobre la capacidad financiare actual para hacer frente a la deuda que está solicitando.
Para ello, existen diversas «agencias de calificación», las famosas Standard & Poors, Moody’s, etc. Estas agencias de calificación son empresas que se dedican a analizar la «salud financiera» de los emisores de deuda. Ya sean instituciones públicas o privadas.
Las calificaciones que publican de forma periódica afectan al precio de dicha deuda en el mercado secundario. A peor calificación mayor riesgo y, por lo tanto, menor será el precio de dicho activo en el mercado y, a su vez, mayor será la rentabilidad que el emisor tendrá que ofrecer al emitir el activo.
Riesgo de Liquidez
El riesgo de liquidez es la probabilidad de que un inversor sufra una pérdida significativa del valor de un activo por no existir demanda para comprar dicho activo cuando el inversor necesita venderlo.
Cuando un activo no tiene comprador, o estos son muy escasos, el inversor que quiere vender el activo tendrá que reducir el precio de venta para poder cerrar el acuerdo con el comprador. Cuando eso ocurre, el inversor puede llegar a sufrir una pérdida considerable.
Este riesgo es mucho más acusado, y por lo tanto hay que tener mucha más diligencia, en aquellos activos que no se negocian en un mercado secundario organizado. El ejemplo más conocido de este tipo de activos son los bienes inmuebles.
Sin perjuicio de lo anterior, hay activos que aún siendo negociados en un mercado secundario organizado, pueden sufrir esta clase de riesgos. Por ejemplo, acciones de empresas pequeñas y poco conocidas pueden tener poca demanda de compradores. Por lo tanto, el inversor que quiere venderlas necesitará bajar mucho su precio para poder venderlas. En estas circunstancias, el riesgo de mercado y el riesgo de liquidez vienen de la mano.
Para mitigar este riesgo en la medida de lo posible, los inversores deben hacer un análisis muy concienzudo y detallado de la posible demanda de compra futura de dicho activo. Adicionalmente, en estos casos es imprescindible presionar a la baja el precio al que compramos dicho activo en el momento inicial.
Riesgo de Tipo de Cambio
El riesgo de tipo de cambio es la probabilidad de experimentar variaciones en los precios de cotización del activo; pero provocadas no por variaciones en el precio en sí del activo, sino por variaciones en el tipo de cambio (si el activo de compró en una moneda distinta a la moneda).
El ejemplo más clásico es, también la compra de acciones. Imaginemos que hoy compramos una acción de Apple a 100$, siendo el tipo de cambio 1$ = 1€.
En ese caso, hoy, cuando compro las acciones tengo una inversión cuyo valor es 100$ = 100€
Dentro de un año, vendo la acción al mismo precio que la compré 100$ pero, sin embargo, ahora el tipo de cambio ya es distinto. Ahora el tipo de cambio es 1$ = 0,8€.
En consecuencia, al vender mis acciones, recibiré 80€ en vez de los 100€ que gasté en su compra, teniendo que asumir una pérdida de 20€. Pérdida no provocada porque el activo valga menos, la acción de Apple sigue valiendo 100$, sino que es el € en sí mismo el que vale menos.
Este es uno de los ejemplos que ya comenté en su momento en el que el dinero, en sí mismo, puede considerarse un activo.
Para mitigar este riesgo, los inversores deben intentar diversificar sus inversiones en activos denominados en diferentes divisas. También es recomendable escoger divisas con tipos de cambio lo más estables posibles en el tiempo. Adicionalmente existen otros productos financieros como seguros de tipo de cambios, etc.
Riesgo de Tipo de Interés
El riesgo de tipo de interés es la probabilidad de sufrir variaciones en los precios de los activos provocados por variaciones en los tipos de interés a los que estos están ligados.
El ejemplo más claro son los préstamos hipotecarios. Estamos acostumbrados a pensar en las hipotecas desde el punto de vista del que recibe el dinero del banco y lo tiene que devolver mes a mes.
Pues como todo el mundo sabe, si la hipoteca es a tipo de interés variable, una subida del tipo de interés de referencia supone un incremento en la cuota a pagar.
Alguno quizás esté pensando que la hipoteca, para la mayoría de nosotros, no es un activo. Y es cierto, pero si le damos la vuelta a la moneda, dicha hipoteca sí constituye un activo para quien nos da el dinero, que no es otro que el banco.
Por lo tanto, el banco, con su activo de hipoteca a nuestro favor, está asumiendo un riesgo de tipo de interés. En este caso, si los intereses bajan, el banco recibirá menos intereses por el dinero que nos ha prestado.
Igualmente, tenemos que recordar que los tipos de interés es una de las magnitudes macroeconómicas básicas que afectan al mercado y sistema financiero. Variaciones en los tipos de interés afectan, automáticamente, al precio del resto de activos financieros.
Un ejemplo, si el tipo de interés del dinero fijado por la autoridad monetaria está en el 1%, los emisores de deuda tendrán que ofrecer un interés superior a ese 1%. De lo contrario, nadie tendrá «interés» (valga la redundancia) en comprar ese activo. En consecuencia, variaciones en los tipos de interés realizados por la autoridad monetaria, suponen variaciones en los precios de los activos financieros.
Otras reflexiones sobre las clases de riesgos
Otros riesgos
En el apartado anterior hemos hecho un pequeño repaso de las clases de riesgos mas habituales de todo activo financiero.
Existen otras clases de riesgos que son mas «residuales» o que interesan menos en nuestro análisis. Para no extender el post más de lo necesario, hago una pequeña enumeración con enlaces por si alguno quiere conocer más sobre los mismos.
Dos caras de la misma moneda
Otra reflexión que me gustaría compartir con vosotros sobre las clases de riesgos y que está relacionada con cómo la gente suele afrontarlos.
En general, y creo que esto es inevitable, todo el mundo tiene bastante aversión al riesgo. En otras palabras, todos tienen miedo a la incertidumbre, lo que traducido al lenguaje financiero significa que todo el mundo tiene miedo de perder dinero.
Normal, yo y todos los inversores lo tienen.
Sin embargo, me gustaría trasladarte una visión un poco más racional sobre el riesgo.
Cuando hablamos de clases de riesgos, tenemos que tener en cuenta que el riesgo puede provocarnos pérdidas, efectivamente, pero también ganancias. Es más, es precisamente por asumir riesgos por lo que obtenemos ganancias.
Cuando hablamos de que los tipos de interés pueden subir, recordar que también pueden bajar. Cuando tenemos miedo de que el tipo de cambio baje, recuerda que también puede subir.
El riesgo es una moneda con dos caras, la mayoría de la gente solo ve la cara «mala», la de la pérdida. Pero también debes recordar que toda moneda tiene otra cara. La cara «buena», la de la ganancia.
Os pondré un ejemplo, una de mis inversiones es una cartera de acciones internacionales. Principalmente expresada en dólares y un poco también en libras esterlinas. Si estáis un poco al tanto de como han ido las bolsas este año 2022, sabréis que la bolsa americana ha bajado bastante.
Los principales índices han bajado entorno al 20% desde el valor que tenían a final de 2021. Eso quiere decir que, en general, el conjunto de las acciones de esos mercados han perdido valor provocando pérdidas a los inversores. Es decir han sufrido «la cara mala» del riesgo de mercado. Yo incluido.
Sin embargo, el tipo de cambio euro/dólar ha caído, es decir ahora me dan más euros por cada dólar que tengo en acciones americanas. Hasta el punto que el efecto global, es decir, sumar lo que he ganado por el tipo de cambio menos lo que he perdido por la caída de precio de las acciones, aún arroja un saldo positivo.
Como veis, este año he sido «victima» de un riesgo, el de mercado y, a la vez, me he beneficiado de otro, el de tipo de cambio. El resultado global aún es positivo y he seguido ganando dinero. Honestamente no sé si eso seguirá así mucho tiempo o no, pero hasta ahora ha sido así.
Con esto, lo que quiero trasladarte es que no hay que tener una «fobia» irracional al riesgo. Sino todo lo contrario, hay que ser consciente de que toda inversión conlleva un riesgo. Y lo que tenemos que hacer es conocerlo, analizarlo y mitigarlo en la medida de lo posible.
En otras palabras, hay que intentar «poner las probabilidades a tu favor» para que la moneda del riesgo te caiga en su «cara buena» cuantas más veces mejor. No siempre se conseguirá, pero mientras más veces lo consigas, más probabilidades tienes de que el resultado final, sumando pérdidas y beneficios sea positivo.
Conclusión
Hasta aquí este post de Inversor Jedi. En el que hemos repasado las clases de riesgos que existen y que son inherentes a cualquier inversión financiera.
Hemos hecho un repaso del concepto de cada una de ellos. También hemos comentado que todo riesgo es una moneda con dos caras, y que lo importante para todo buen inversor es intentar conocer y analizar ese riesgo para minimizarlo y conseguir poner «las probabilidades» a nuestro favor.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Tenéis alguna experiencia manejando los riesgos?¿Qué clase de riesgo es el más importante o el que más os afecta a vosotros? No dudes en compartirlo con la comunidad dejando un comentario en la sección de comentarios de este post.
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Un saludo y ¡que la Fuerza (financiera) te acompañe!